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142 hectómetros de agua sin uso público en pleno periodo de sequía

JAS.-La presa del Corbones en Puebla de Cazalla (Sevilla) en 1989, -en uso desde 1994- costó 3000 millones de pesetas sin embargo, no tiene mayor uso actual que la autoregulación de la cuenca del Guadalquivir, según informa la Confederación Hidrográfica.

Su agua -142 hectómetros cúbicos de capacidad media, más que el Gergal o La Minilla- actualmente no se usan ni para riego, ni para consumo humano. Los agricultores de Marchena y Puebla de Cazalla no dieron a finales de la década de los 90 el apoyo necesario a un proyecto de regadío de 2000 hectareas que podría haber transformado la economía de la zona, pero se quedó en nada. Este proyecto -que fue apoyado inicialmente por la Junta de Andalucía aunque lo consideraba no prioritario- encontró como principales trabas, la falta de apoyo de los agricultores y la Confederación Hidrográfica, que debía autorizarlo, así como el alto coste de las obras de canalización. La Confederación consideró en el año 2000 imposible poner en marcha los planes de riego hasta el 2008 a causa del deficit hídrico de entonces. Desde entonces ninguna autoridad, local o autonómica se ha interesado por revitalizar la cuestión.

Problema ecológico

El pantano supone uno de los problemas ambientales del Rio Corbones junto con la contaminación por la explotación agrícola, los vertidos urbanos y de las alperchineras. Los responsables del proyecto Life Corbones han anunciado que pedirán a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que se establezca un cauce ecológico en el pantano. Actualmente la compuerta de apertura solo tiene dos posiciones, abierta o cerrada. En posición abierta, se producen anegaciones y grandes torrentes, mientras que en posición cerrada y sobre todo en verano, el río baja prácticamente seco, ambas opciones son perjudiciales para el bosque de ribera.

Promesa electoral

El proyecto de regadío asociado al pantano del Corbones supondría "el fin del paro en la comarca" según anunció en varios periodos electorales el equipo socialista encabezado por Manuel Moraza, histórico líder socialista local. Sin embago de la teoría a la práctica había un abismo.
Las autoridades locales marcheneras organizaron en diversas ocasiones asambleas con los agricultores, incluso se llegó a poner en marcha una oficina de información a los agricultores afectados por la zona regable, que la administración andaluza definió en un decreto. Sin embargo, los agricultores marcheneros afectados nunca dieron un sí claro al proyecto, al contrario que los de La Puebla que sí tenían mucho más claro que querían el agua desde 1998.
Posteriormente la zona regable se redujo, y las tierras afectadas se cambiaron, sin lograr ningún resultado positivo. Posteriormente apareció el problema de la salinidad en las aguas del río, aunque estudios de la universidad de Córdoba, no lo consideraban un impedimento para el riego.

Asignatura pendiente desde 1932

El primer proyecto de regar la fétil campiña del Corbones, con un pantano en dicho río data de 1932, que fué recuperado en la década de los años 70 por Fernando Alcaide Rivas, último alcalde franquista. En la década de los 80, la Junta aprobó el decreto de zona regable – incluía 3800 héctáreas- y se comenzó a construir la presa. Posteriormente, el número de hectáreas incluídas se redujo a 2000. Las primeras dudas serias sobre el proyecto a parecieron en 1991 cuando la Universidad de Códoba en un informe técnico señalaba dudas sobre la viabilidad económica del proyecto, cuando se hicieron indispensables tuberías para evitar el problema de la sal. En 1998 la Junta había dado luz verde al proyecto según el entonces alcade, Manuel Moraza, siempre que los agricultores diesen su visto bueno. "Prefiero correr el reisgo de que se rechace antes que dejar pasar una ocasión histórica", afirmó entonces. De 900 afectados, 636 dijeron que estarían dispuestos a invertir su dinero, sin embargo, el proyecto no siguió adelante. Manuel Moraza es hoy responsable de la autoridad única del agua en la provincia sevillana.

En el año 2000, el Delegado Provincial de Agricultura Jose Nuñez, que apoyó públicamente el proyecto de riego, dijo que "se trata de utilizar un agua que hoy en día se está malgastando". Numerosas autoridades de los dos municipios afectados -con los alcaldes, Luis Jimenez -Marchena y Emilio Pozo, Puebla de Cazalla, a la cabeza- incidían en que había que darle uso a ese agua de forma urgente. Cinco años después la situación sigue sin cambios.

Ese mismo año, autoridades de la Junta culpaban a la Confederación Hidrográfia del Guadalquivir, -entonces en manos del PP,- de no permitir que se usase el agua de dicho pantano. La Confederación afirmaba que para la Junta este proyecto de riego no era prioriatrio. Hoy, ambas administraciones están en manos del mismo partido.

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